martes, 23 de octubre de 2007

Lulu y los girasoles

Si te gusta la danza oriental, y además estás aprendiéndola, ir a un espectáculo te resultará la mejor de las experiencias. No solo estás allí hora y media antes de que empiece, sino que no te importa estar de pie esperando a que abran nuevamente las puertas de Luz de Gas, para que puedas sumergirte en el maravilloso mundo de la danza del vientre. Una vez que estás sentada allí, y Albert finalmente sale a presentar el espectáculo, se te olvida que detrás de aquellas puertas por las que entraste, hay otro mundo que no es tan mágico ni electrizante como este.

Cada vez que puedo, y procuro siempre poder, me apunto a algún espectáculo. Al último al que hemos ido (Vane, Victor-amigo que siempre me acompaña y Ñaña-amiga a la que estoy iniciando en el mundo de la danza del vientre) fue al de Lulu Sabongi y Munique Neith, con la Compañía Yala Bina y las Diosas del Nilo en Luz de Gas. Sobran las palabras: espectacular, maravilloso, mágico, emocionante, adictivo. Simplemente hay que ir a verlo.

No había tenido la oportunidad de ver en vivo y directo a Lulu Sabongi, y menos mal que pudimos. Qué mujer, vaya. Es toda energia, fortaleza y vitalidad. No se paraba, no parecía ni sudar, toda la canción, todas las canciones, moviéndose cada segundo, y sin parar. Yo boquiabierta como todos. Aquí las cosas que más me gustaron:
  • Como recogía el velo como si nada aunque anteriormente lo hubiese descartado. Siempre me había preguntado si había algún protocolo con esto, y me encantó descubrir una vez más como en esta danza no hay protocolos cuando todo está bien hecho.
  • Los trajes: vaya. (Fotos y videos en la web de Munique)
  • Como hacía una especie de caída turca hacia adelante! Como dice Vane, se quedó con el público!!!! No lo olvidaré nunca.
  • La energía que irradiaba, la naturalidad con la que hacia todo. Es admirable.
Lulu pidió el micro al final del espectáculo y citó una película, (Las chicas del Calendario), en la que explican las etapas de la mujer como las de las flores, siendo la última (la madurez) la más bella de todas. Quien la haya visto bailar, puede decir conmigo que ella es la viva representación de esto, no cabe la menor duda.

Cada espectáculo para mi es un seminario intensivo de todas las posibilidades de la danza oriental. Las invito (y los invito, faltaba más) a probarlo, y a comentar aquí mismo al respecto.

Pronto más de este espectáculo...

Aquí una muestra del espectáculo, ya ha pasado un mes y aún me emociona: